Mi año en Florencia
lunes, 17 de octubre de 2011
El recetario de Alfonso: Pasta con salsa de Tomate y Ricotta.
domingo, 16 de octubre de 2011
Perugia, chocolate, y otras situaciones variopintas.
domingo, 25 de septiembre de 2011
Entrada rutinaria.
Aquí estamos de nuevo, dándole algo de vidilla a esto. Esta ha sido mi primera semana de clase, y he conocido a algunos de mis compañeros este curso. De el primer día, en el que no entendí ni papa de lo que decía el profesor, al tercero, en el que llegué a contestar a alguna de sus preguntas y atreverme a preguntarle las mías, he notado una gran mejoría en el idioma.
Esta ciudad sigue siendo impresionante la mires por donde la mires. El miércoles nos acercamos al mirador de Piazzale Michelangiolo (espero haberlo escrito bien), desde el cual se ve toda Florencia, y es una vista preciosa, tanto de día como de noche. Te sientas en las escaleras de la pequeña iglesia que hay arriba, y las vistas son para quitar el hipo.
El viernes, para poner el broche a la semana, tocaba juerga, y tras estar con los Erasmus Españoles en el Porcellino, nos dirigimos hacia la Facultà de Lettera e Filosofia, en la cual se celebraba una fiesta con motivo del inicio del curso. Y no, no era una fiesta pequeña, elegante, en la que la gente conversase de la subida del Euribor.
En el patio de la facultad había montada una barra para vender bebidas, un escenario con un Dj, poniendo música del estilo Drum&Bass y Dubstep sin parar, y estaba lleno de jóvenes ociosos que disfrutaban de una noche ni muy fría ni muy calurosa de esta preciosa ciudad. Un contraste bastante interesante entre el arte que escupe por todas partes Florencia, con la fiesta y el ambiente juvenil de la noche. Esa noche, además, tuvimos que acoger a una amiga en el piso, ya que sus compañeros no daban señales de vida y no tenía llaves para entrar en casa.
El día siguiente, Sábado 24, junto con el día de hoy (Domingo 25), la entrada a los museos estatales era gratuíta, por lo que desperté a estos temprano y nos marchamos al Barghello, el palazzo Medici y la basílica de Santa María del Fiore. Allí vi cosas como el David de Donatello (la tortuga ninja), las tumbas de Caterina Sforza, Lorenzo de Medici “el Magnífico” y otros familiares suyos, todas obras de Miguel Angel (otra tortuga ninja).
Por la tarde, tras un buen almuerzo (espaguetis con salsa de roquefort) y recibir a Elena, la novia de Manu, en casa, nos marchamos a la galería de los Uffizi, para ver grandes obras como el Doriforo, el Nacimiento de Venus, la Primavera, o una copia del Laoconte (el original está en el Vaticano). Una preciosa galería en la cual pasamos unas dos horas, y aún con esas faltó tiempo. Aquí nos encontramos con Isa, Alicia y Ana, a las cuales les habíamos mandado un mensaje previo diciendo que estábamos en Pisa, para preparar la fiesta sorpresa de cumpleaños de Isa de esa noche. Como veis, fue un gran fallo.
La noche transcurrió sin más, entre el piso de estas, la Piazza della Independenzia y Santa Croce.
Y hoy poco, hemos ido a ver el Palacio Piti y los Jardines de Boboli, pero entre la lluvia y que hemos llegado tarde, no hemos podido verlo bien a fondo. Habrá que volver.
Me despido, a la espera de más aventuras que poder contaros. Tened cuidadito y tirad por la sombra.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
La llegada y otras situaciones variopintas.
Ya hace casi una semana que dejé Sevilla para venirme a vivir a Florencia. No puedo creer que en tan poco tiempo hayan sucedido tantas cosas.
He conocido a mucha gente nueva, tanto Españoles como Italianos, Franceses e incluso Etíopes.
Nada más llegar nos tocó recorrernos Florencia entera con las maletas, que como yo me esperaba, estaba hecha de adoquines, por lo que fue bastante pesado. El piso está muy bien, al margen de dos o tres cositas que ya estamos solucionando.
Esa noche decidimos empezar el año comiéndonos una pizza delante de Santa María del Fiore. No se puede describir esa sensación.
En cuanto a la ciudad… Creo que no se puede explicar con palabras. Cruzas una esquina y sin querer te encuentras con Santa Croce, en su inmensidad, y una estatua de Dante. Vas andando por el río y ves al fondo el Ponte Vecchio, reflejado por completo en el río. La piazza de la signoria, con sus réplicas del David de Miguel Ángel, El rapto de las Sabinas o Perseo. La cantidad de belleza de esta ciudad es insuperable.
La segunda noche comenzamos a conocer a otros Erasmus. Estuvimos tomando algo en Santa Croce y fuimos al Santo Spirito para finalmente acabar la noche en el “Twice”, que viene siendo como el Río Latino de Florencia, o para los que no sois de Sevilla, el sitio al que vas cuando ya no queda nada abierto o no te han dejado entrar en otros sitios.
El primer Domingo comenzaron a pasar las cosas más extrañas. Salimos a dar una vuelta con el resto de Erasmus, ellos finalmente se fueron a la Fortezza y nosotros decidimos ir a una “fiesta Reggae” que había en nuestra calle. Al llegar allí resultó ser un restaurante que estaba celebrando la llegada del Año nuevo Etíope. Había un grupo de etíopes bailando, y pusieron más tarde Reggae y algo de Ska. La noche la acabamos con otros Erasmus distintos y unos cuantos Italianos que habíamos conocido. Creo que fue la noche más extraña de mi vida, o por lo menos hasta ese momento.
Dos noches después, de nuevo con el grupo Erasmus original, tras el partido del Barça-Milan, nos dirigimos a Santa Croce de nuevo. Tras un buen rato allí en el que yo me encontraba cansado y con frío, se marcha la mayoría del grupo de nuevo al Twice, quedándonos Manu, Pedro y yo con un grupo de Italianos y Franceses que habían estado de Erasmus en Murcia y resultaron ser unos grandísimos tipos. Estuvimos aprendiendo bastante vocabulario nuevo y ciertas expresiones más del día a día.
Cuando nos estábamos despidiendo para irnos a dormir, llegó un grupo de americanos con un grupo de Italianos y una guitarra y comenzaron a cantar “tarantelas” y a bailar delante de la Iglesia. Nos unimos a ellos y allí estuvimos una hora más, acabando con la bamba para despedir la noche.
En definitiva, los días que menos íbamos buscando, han sido los que más hemos encontrado. No se puede describir todo esto, hay que vivirlo. Hay que irse de Erasmus.