lunes, 17 de octubre de 2011

El recetario de Alfonso: Pasta con salsa de Tomate y Ricotta.

He decidido que voy a empezar a poner las recetas que voy haciendo aquí en Florencia, tras haber descubierto mi amor por la cocina y lo bien que se me da esta (según mis compañeros).
Hoy, os voy a explicar como hacer una pasta con salsa de tomate y ricotta para cuatro personas.
Ingredientes:
500g de la pasta que prefieras.
400g de queso ricotta
800g de tomates
Una cebolla grande
Bacon (o en su defecto salchichas)
Champiñones (no es imprescindible [Pedro de fondo: ¡ES TOTALMENTE IMPRESCINDIBLE!])
Sal y pimienta
Elaboración:
Pelamos y picamos bien la cebolla, y la dejamos dorándose en una sartén a poder ser grande (a unas malas, usad una cacerola). Pelamos y cortamos bien también los tomates (un consejo que me dio mi vecina Maria José es que los mezcleis con un poco de agua, pero todavía no lo he probado). Cuando la cebolla esté dorada, echamos a la sartén el tomate, salpimentamos un poco, removemos, y tapamos la sartén, dejando que se vaya haciendo la salsa un buen rato.
Cuando veais que el tomate se va desaciendo y se va creando una pasta, añadís el bacon y los champiñones previamente refritos en otra sartén, y finalmenet la ricotta, y mezclamos todo bien, hasta que quede una salsa espesa de un color rosaceo. Lo mezclamos a la pasta (creo que no hace falta decir que teneis que cocerla primero) y ¡listo! Una comida sana, natural, barata, y muy buena.
En la próxima entrega del recetario de Alfonso, pollo a la carbonara.

domingo, 16 de octubre de 2011

Perugia, chocolate, y otras situaciones variopintas.

Después de unas semanas tranquilas, con algunas cosas interesantes, como visitas al Korova Milk Bar, noches en Santa Croce y inicio de clases, me planté en el viernes 14 de Octubre, por la noche, en una cena con un grupo de italianos que conocimos unas semanas antes: Enzo, Francisco y Marco.
Durante la preparación de esta cena, en la que Enzo nos hizo unos espaguetis a la real carbonara italiana, que estaban esquisitos, Clara recibe una llamada de Sergio y nos dice:
-Chicos, ¿os venís mañana por la mañana a Perugia? Salimos a las 08:00 de Santa Maria Novella.
Y nosotros, cómo no, nos apuntamos tras pensárnoslo un poco.
Total, que esa noche nos acostamos a las 05:00 y nos levantamos a las 07:00 para salir hacia Perugia.
El viaje hacia Perugia ya comenzó siendo extraño. No había sitio en los vagones, por lo que nos tocó hacer el viaje sentados en uno de los vagones de las puertas de entrada, pasando frío.
Tras dos horas de viaje, nos plantamos en Perugia, y cogemos el Mini Metro, que es como montarte en un cacharrito de la feria, un vagón ultrapequeño que no hace más que subir y bajar, y además, estaba hasta arriba de gente.
La razón de que estuviese tan llena es que era el festival del Eurochocolate, un festival sobre el chocolate que hay en esta ciudad.
Imaginaos, los que me conozcais, como me lo pasé en un festival del chocolate. Había puestos de venta de chocolate, chocolate caliente, tabletas de chocolate, bombones de chocolate, kebabs de chocolate... Y dos o tres carpas de Bacio (que en es Beso en italiano, y es una marca de bombones de Perugia que están bastante buenos), de Milka y de Lindt.
Una de las mejores cosas fue ver a Sergio correr arriba y abajo de carpa en carpa, y super feliz porque le había tocado un osito grande de chocolate.
Estuvimos comiendo Pizza en el mirador de Perugia, uno de esos sitios que merece la pena visitar, aún con el frío que hacía (si veis alguna foto, íbamos abrigados como si fuese Enero en Sevilla), Allí pasamos un buen rato, charlando y disfrutando de las vistas.
Después estuvimos dando otro pequeño paseo y fuimos a tomar un café, para hacer algo de tiempo hasta el tren.
La ciudad, preciosa, con unas vistas geniales, y la compañía, como siempre, genial también.
En conclusión. Un sábado que esperaba pasar en casa sin hacer nada, ha resultado ser uno de los días más divertidos hasta ahora.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Entrada rutinaria.


Aquí estamos de nuevo, dándole algo de vidilla a esto. Esta ha sido mi primera semana de clase, y he conocido a algunos de mis compañeros este curso. De el primer día, en el que no entendí ni papa de lo que decía el profesor, al tercero, en el que llegué a contestar a alguna de sus preguntas y atreverme a preguntarle las mías, he notado una gran mejoría en el idioma.

Esta ciudad sigue siendo impresionante la mires por donde la mires. El miércoles nos acercamos al mirador de Piazzale Michelangiolo (espero haberlo escrito bien), desde el cual se ve toda Florencia, y es una vista preciosa, tanto de día como de noche. Te sientas en las escaleras de la pequeña iglesia que hay arriba, y las vistas son para quitar el hipo.

El viernes, para poner el broche a la semana, tocaba juerga, y tras estar con los Erasmus Españoles en el Porcellino, nos dirigimos hacia la Facultà de Lettera e Filosofia, en la cual se celebraba una fiesta con motivo del inicio del curso. Y no, no era una fiesta pequeña, elegante, en la que la gente conversase de la subida del Euribor.

En el patio de la facultad había montada una barra para vender bebidas, un escenario con un Dj, poniendo música del estilo Drum&Bass y Dubstep sin parar, y estaba lleno de jóvenes ociosos que disfrutaban de una noche ni muy fría ni muy calurosa de esta preciosa ciudad. Un contraste bastante interesante entre el arte que escupe por todas partes Florencia, con la fiesta y el ambiente juvenil de la noche. Esa noche, además, tuvimos que acoger a una amiga en el piso, ya que sus compañeros no daban señales de vida y no tenía llaves para entrar en casa.

El día siguiente, Sábado 24, junto con el día de hoy (Domingo 25), la entrada a los museos estatales era gratuíta, por lo que desperté a estos temprano y nos marchamos al Barghello, el palazzo Medici y la basílica de Santa María del Fiore. Allí vi cosas como el David de Donatello (la tortuga ninja), las tumbas de Caterina Sforza, Lorenzo de Medici “el Magnífico” y otros familiares suyos, todas obras de Miguel Angel (otra tortuga ninja).

Por la tarde, tras un buen almuerzo (espaguetis con salsa de roquefort) y recibir a Elena, la novia de Manu, en casa, nos marchamos a la galería de los Uffizi, para ver grandes obras como el Doriforo, el Nacimiento de Venus, la Primavera, o una copia del Laoconte (el original está en el Vaticano). Una preciosa galería en la cual pasamos unas dos horas, y aún con esas faltó tiempo. Aquí nos encontramos con Isa, Alicia y Ana, a las cuales les habíamos mandado un mensaje previo diciendo que estábamos en Pisa, para preparar la fiesta sorpresa de cumpleaños de Isa de esa noche. Como veis, fue un gran fallo.

La noche transcurrió sin más, entre el piso de estas, la Piazza della Independenzia y Santa Croce.

Y hoy poco, hemos ido a ver el Palacio Piti y los Jardines de Boboli, pero entre la lluvia y que hemos llegado tarde, no hemos podido verlo bien a fondo. Habrá que volver.

Me despido, a la espera de más aventuras que poder contaros. Tened cuidadito y tirad por la sombra.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

La llegada y otras situaciones variopintas.


Ya hace casi una semana que dejé Sevilla para venirme a vivir a Florencia. No puedo creer que en tan poco tiempo hayan sucedido tantas cosas.

He conocido a mucha gente nueva, tanto Españoles como Italianos, Franceses e incluso Etíopes.

Nada más llegar nos tocó recorrernos Florencia entera con las maletas, que como yo me esperaba, estaba hecha de adoquines, por lo que fue bastante pesado. El piso está muy bien, al margen de dos o tres cositas que ya estamos solucionando.

Esa noche decidimos empezar el año comiéndonos una pizza delante de Santa María del Fiore. No se puede describir esa sensación.


En cuanto a la ciudad… Creo que no se puede explicar con palabras. Cruzas una esquina y sin querer te encuentras con Santa Croce, en su inmensidad, y una estatua de Dante. Vas andando por el río y ves al fondo el Ponte Vecchio, reflejado por completo en el río. La piazza de la signoria, con sus réplicas del David de Miguel Ángel, El rapto de las Sabinas o Perseo. La cantidad de belleza de esta ciudad es insuperable.

La segunda noche comenzamos a conocer a otros Erasmus. Estuvimos tomando algo en Santa Croce y fuimos al Santo Spirito para finalmente acabar la noche en el “Twice”, que viene siendo como el Río Latino de Florencia, o para los que no sois de Sevilla, el sitio al que vas cuando ya no queda nada abierto o no te han dejado entrar en otros sitios.

El primer Domingo comenzaron a pasar las cosas más extrañas. Salimos a dar una vuelta con el resto de Erasmus, ellos finalmente se fueron a la Fortezza y nosotros decidimos ir a una “fiesta Reggae” que había en nuestra calle. Al llegar allí resultó ser un restaurante que estaba celebrando la llegada del Año nuevo Etíope. Había un grupo de etíopes bailando, y pusieron más tarde Reggae y algo de Ska. La noche la acabamos con otros Erasmus distintos y unos cuantos Italianos que habíamos conocido. Creo que fue la noche más extraña de mi vida, o por lo menos hasta ese momento.

Dos noches después, de nuevo con el grupo Erasmus original, tras el partido del Barça-Milan, nos dirigimos a Santa Croce de nuevo. Tras un buen rato allí en el que yo me encontraba cansado y con frío, se marcha la mayoría del grupo de nuevo al Twice, quedándonos Manu, Pedro y yo con un grupo de Italianos y Franceses que habían estado de Erasmus en Murcia y resultaron ser unos grandísimos tipos. Estuvimos aprendiendo bastante vocabulario nuevo y ciertas expresiones más del día a día.

Cuando nos estábamos despidiendo para irnos a dormir, llegó un grupo de americanos con un grupo de Italianos y una guitarra y comenzaron a cantar “tarantelas” y a bailar delante de la Iglesia. Nos unimos a ellos y allí estuvimos una hora más, acabando con la bamba para despedir la noche.

En definitiva, los días que menos íbamos buscando, han sido los que más hemos encontrado. No se puede describir todo esto, hay que vivirlo. Hay que irse de Erasmus.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La noche de antes.

Ya es oficialmente 8 de Septiembre. En unas horas estaré saliendo hacia el aeropuerto para coger mi vuelo a Pisa, donde pillaré un tren para Florencia. Allí voy a vivir este año. No sé qué me deparará mi nueva vida, sólo sé que quiero que sea el mejor año de mi vida.
Me voy con tres grandes personas como son Clara, Manu y Pedro, y con ellos espero vivir multitud de experiencias durante este año.
Señores, señoras. Comienza #ErasmusFirenze